Es mejor decir "sí".
Hace años leía yo a Pseudópodo defender una teoría
pragmática de la verdad y no me convencía nada. No me parecía serio eso de que
algo es verdadero (simplificando mucho) porque funciona y me conviene. Parece
que hubiera una falsedad. Algo así como "ya sé que no es cierto pero me interesa
creermelo".
Hoy en día cada vez me convence más esa actitud.
¿Qué sentido tiene creer como verdadero algo que te hace
sufrir?
¿No es más lógico aceptar aquellas ideas que nos harán la
vida más feliz?
No lo sé, tengo dudas.
Últimamente he tenido algunos problemas que para mí eran
grandes.Eran grandes.
He rezado la oración del abandono muchas veces.
"Haz de mí lo que quieras, lo que hagas de mí te lo
agradezco. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo."
Hay que estar muy loco para aceptar lo que te venga. Ya os
conté que era una oración que daba miedo rezar. Pero por otro lado, si lo
piensas, racionalmente, no existe actitud mejor. ¿Acaso serviría de algo
resistirse?
Frank Jalics habla de ese dolor que a cada uno nos toca en
la vida. La parte de dolor que te ha correspondido en suerte. Parece muy
difícil y muy duro aceptarlo, pero ¿acaso podemos evitarlo renegando de él? Es
costoso, cuando algo nos duele, aceptar que eso sea "bueno". Parece
absurdo decir "sí" también al dolor. Sin embargo es precisamente la
respuesta que menos daño nos hace. Parece muy duro ser Job, (es cierto, ¡qué
difícil!) pero es muchísimo peor ser un Job envenenado, un Job que maldice. Eso
sí que es horrible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario