12 octubre, 2016

Más sobre pensamiento rígido.

Escribí este verano esta entrada cuando pensaba sobre lógica oriental y occidental. Creo que no la subí entonces y la subo ahora. 

Los debates con algunos de mis amigos me sacan de quicio. Si hay contradicción entre nuestros modos de pensar sufro mucho. La discusión se carga emocionalmente, como si mi yo estuviera en juego, y pretendo ganar a toda costa.

Tras uno de los últimos debates me preguntaba por qué me ponía tan nervioso ver a B. defendiendo una majadería. Él defendía con razones haber ganado una apuesta a otros amigos cuando claramente los hechos lo convertían en perdedor.

Creo que el razonamiento inconsciente que se da en mí es el siguiente.

B. está diciendo majaderías.
B. es un majadero.
Sin embargo, a veces B. parece un hombre sensato. Y muchas veces me fio de sus criterios en asuntos en que sabe más que yo. ¡Me estoy fiando de un majadero!
Conclusión: el majadero soy yo por fiarme de un majadero.


El razonamiento hace agua por todas partes pero creo que inferencias tan torpes y rígidas como estas son las que me hacen sufrir y me convierten en un jabalí herido cuando confronto ideas con los demás. . 

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