25 octubre, 2014

feliz


Estoy feliz en este momento de mi vida. Mi madre está cada vez peor pero parece que ya lo he asumido. Mi horario está bien, me gusta mi trabajo en el instituto, disfruto dando clase aunque a veces me parezca agotador, estoy satisfecho con las asignaturas que tengo que dar y tengo muchas ideas para hacer la clase más creativa y que aprendan más. La relación con mis compañeros es buena incluso cuando pienso en algún momento de tensión que he tenido con alguno. Hoy he pasado la mañana andando por la sierra con un puñado de ellos y mi mujer. Ahora ella y yo nos hemos quedado solos en el camping de Sotoserrano y me cuesta imaginar una tarde más feliz.

Las horas del día no me dan para todo lo que querría hacer pero lo acepto. Acepto no leer más, (tengo montones de libros picoteados) acepto no encontrar tiempo para estudiar inglés aunque vaya a las clases (este año me he vuelto a matricular en quinto, el año pasado no lo hice aunque no abandoné la charla semanal con tres de mis contactos por Skype), me gustaría poder escuchar uno tras otro todos los podcast de Buscando Leones en las Nubes, mi mujer esta mucho más contenta con mi conducta recientemente y yo estoy mucho más optimista sobre el futuro de mis hijos. Mi hija hizo prácticas dos meses en OndaCero este verano, y ahora compagina las clases con dos días trabajando en la Cope de becaria, sin cobrar un duro pero aprendiendo. Mi hijo está completando sus estudios, con sus contabilidades y esas cosas de las que no entiendo nada. La vida no es objetivamente mejor que el curso pasado pero sin embargo estoy mejor. Mucho mejor.

No sé si tendrá que ver (es irónico) con que para combatir en serio mi ansiedad congénica, llevo tomando antidepresivos desde hace un mes y medio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario