27 enero, 2013

TRAPIELLO SÍ.


Ya voy por el sexto de los diarios: “Las cosas más extrañas”.

Definitivamente sí. Me gusta Andrés Trapiello. Me ha ganado como cuenta cuando le dieron su primer premio.

En una de mis entradas anteriores apunté algunas críticas. (Es sabido que se considera más inteligente al que critica que al que alaba aunque no lo hice por eso). Realmente me irrita esas mezquindades de las personas que tienen que vivir del público. Esos odios e inquinas contra quien no les publicó un artículo, los criticó negativamente o les rechazó un libro.

Me gusta como Trapiello nos revela el revés de la trama de los escritores y los premios que el autor siempre ve vulgar y pobre y triste y poco poética. En el libro que estoy leyendo cuenta como le dieron su primer premio (Plaza y Janés) a una de sus novela: “El Buque Fantasma”.  El autor va creciendo como escritor conocido a lo largo de sus diarios y nosotros asistimos a sus dudas, sus inseguridades, sus preocupaciones, sus desilusiones (incluso cuando le dan el premio). En “El Gato Encerrado” divaga sobre lo que debía ser su primera novela. Y en “Apenas sensitivo” nos cuenta como le dan el Nadal. Parece que Trapiello sintiera aquello de Marx (Groucho): “Nunca pertenecería a un club que me admitiera como socio”. Si le dan un premio importante cree que él no debía ser el premiado.
Me gusta como Trapiello da a entender que está feliz con su esposa (aunque a él esta palabra le parece fatal) pero al mismo tiempo muestra que desea a otras mujeres.

Me gusta como Trapiello muestra lo contento que se pone cuando consigue algún dinero significativo por un artículo, una novela o algún trabajo. Otro no hablaría de ese tema como si estuviera por encima de esas vulgaridades. En los diarios que he leído hasta ahora, como son antiguos, aún habla de pesetas y no de euros.

Me gusta como Trapiello cuenta esos momentos de soledad poética en que disfruta de la vida (aunque sea disfrutar de la melancolía) y como intenta atraparla en unos párrafos. Cree que conseguir describir aquel instante en unas líneas lo salva del tiempo y lo conserva para la posteridad. Yo no lo creo, pero son bonitos los párrafos que escribe y yo me identifico con él porque también me he sentido feliz y también he querido que aquellos momentos fueran eternos. (En mi caso paseando solo entre los pinos y los castaños de Arenas de S. Pedro).

Me gusta que sea consciente que cosas que critica en otros forman parte también de sí mismo. Y reconozca en algunos momentos que es un egotista.

Me gusta que le duelan las malas críticas a su obra y muestre ese dolor. Me identifico con él porque yo tengo mucho de hipersensible. Aunque no se entiende del todo por eso que sea tan cruel a veces con la obra de otros: los famosos equis. O con sus personas.

Me gusta que le revienten las vanguardias y el arte moderno (por llamarlo de algún modo) y que haga el siguiente razonamiento tan perspicaz. Si Duchamp le pinta unos bigotes a la Gioconda es un genio pero si nosotros le queremos poner unos bigotes a Duchamp (es decir, burlarnos de él) somos calificados de reaccionarios e ignorantes.

Me gusta esa tragedia que es su vida. Es un tipo al que por su carácter no le gusta tener que tratar con el público y la gente pero como escritor tiene que intentar gustar y vender sus libros. De modo que tiene que ir a la feria del libro o dar conferencias o conceder entrevistas, etc.

Me gusta esa insatisfacción que siente con su vida. Esa insatisfacción que le hace desear ser un escritor de éxito cuando no lo es y no sentirse feliz tampoco cuando lo es. De algún modo es la insatisfacción eterna que sentimos todos -o al menos yo. (En este sentido me parece genial la apreciación de Woody Allen en “A Roma con amor”: Aunque seas famoso y rico tu vida no deja de ser infeliz, pero puesto a ser infeliz mejor siendo rico y famoso que pobre y anónimo.” Decir lo contrario en su caso me parecería hipócrita e ideológico -en el sentido marxista).

Me gusta que Trapiello no sea un progre (y no es un tipo de derechas tampoco). Denuncia de frente desde hace tiempo todos los crímenes que cometió el comunismo. Y considera un éxito del comunismo que a los terroristas se les llame "fascistas". Como si llamarlos comunistas nunca pudiera ser un insulto similar.

En internet he encontrado su página web oficial.

Allí he conocido a los personajes de esa “novela en marcha” que son sus diarios. Hay unas fotos de su mujer (guapa, alguien me dicho que además rica) y sus dos hijos así como unas fotos suyas.

Hay también una selección de poesías. Cuando has leído los diarios creo que reconoces su intención de recoger esos momentos poéticos y están bien.

Hay también una explicación de sus novelas. En principio no me apetecen sus novelas pero ya me está tentando “El buque fantasma”. Se lo voy a sacar a mi mujer que es la que lee novelas en casa.
Y también la última: "Ayer no más" sobre la memoria histórica.
Y por último dos razones para que Pseudópodo lea a Trapiello:
- Entre los 50 o 60 libros que publicó “Trieste”, la que fue su editorial, están “Léxico familiar” de Natalia Ginzburg y “Una pena observada” de C. S. Lewis.

- Todos los diarios (creo que ya 17 o 18) están publicados en “Pretextos” la misma editorial desde el principio. A Pseudópodo también le gustan estas fidelidades.

Ah, Pseudópodo, no vale eso de contraponerlo a un autor consagrado como Schopenhauer para dejarlo a un lado (como hacías en tu comentario). Tienes que compararlo con esas otras novelas de autores españoles o extranjeros actuales que lees y justificar por qué ellos mejor que él. Si no es así la comparación es tramposa.

4 comentarios:

  1. He visto con curiosidad las fotos de Trapiello con su familia, que han alimentado un poco mi parte cotilla, pero no entiendo que los escritores se expongan de esa manera, más allá de lo que lo hacen con los libros que ya es bastante aunque está justificado. Hace poco viste la FNAC de Madrid coincidiendo en fechas con la publicación del que entonces era el último libro de Almudena Grandes. Pues bien, en cada piso había pequeños altares con fotos y cosas personales de la escritora. ¡Hasta un cepillo para el pelo había! Sentí bastante vergüenza ajena. Será el egotismo ese del que habla Trapiello.

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  2. No eres el primero (ni el segundo) que recomienda los Diarios de Trapiello... voy a tener que catarlo. ¿Por cuál me recomiendas que empiece? ¿POr el primero, en orden cronológico?

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  3. Cristina, lo que cuentas de los objetos de la FNAC parece de chiste. Aunque lo que es, en realidad, es una estrategia comercial. No entiendo el fetichismo (ni el sexual ni ninguno).
    En el caso de Trapiello tiene un cierto sentido que aparezcan las fotos de la familia, porque sus hijos y su mujer son nombrados en los diarios. De manera que no me parece mal que los lectores puedan querer ver qué aspecto tienen. Y no parece mal que él les conceda ese capricho. Creo que si no escribiera diarios no pondría sus fotos. En realidad a él no le gusta nada el trato con los lectores. Lo dice muchas veces. No le gusta lo de firmar libros ni las conferencias ni las entrevistas. Parece que la gente de León no está muy dotada para las habilidades sociales (o esa es la fama que tienen según un amigo mío leonés). Todo eso lo hace porque quiere vender libros y eso facilita las cosas.

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  4. Jaime me alegra verte por aquí. Yo empecé con uno de los últimos: aquél en el que le dan el premio Nadal. Se llama "Apenas sensitivo". Me gustó mucho. O al menos recuerdo con mucho gusto sobre todo la primera mitad.
    Tendría sentido empezar por el primero ("El gato encerrado") si pensaras leerlos todos pero puedes probar con este que te digo y si te animas comienzas ya por el primero. Yo ahora los estoy leyendo cronologicamente y hay una evolución: al principio él no es un escritor reconocido. Solo ha escrito poesía. EStá escribiendo su primera novela. Con el transcurrir del tiempo y de los diarios se va viendo lo que va consiguiendo de reconocimiento social. Sus hijos también van creciendo, aunque escribe poco de eso. Creo que si lees "Apenas sensitivo" te gustará.

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