13 junio, 2012

Crítico con los críticos

Una cosa muy de estos tiempos es mostrar asco y una repugnancia enorme ante los políticos, los banqueros y toda clase de poderosos. Se lleva mucho.


¡Qué asco dan todos!

El que muestra esta actitud no aporta nada a la solución de nada pero él se siente más puro con su rechazo visceral. Con su repulsa más contundente y su catastrofismo consigue sentirse otro, distinto, diferente y ajeno a todo aquello que critica. El que dice ¡Qué asco! está diciendo “por favor, no me confundan ustedes con toda esta escoria, con esta corrupción, con estos miserables.”

Es algo así como decir “Si yo fuera responsable del mundo las cosas serían distintas”.

Yo no me lo creo. Sencillamente no me creo. Si esos tipos que tanto se escandalizan fueran los que cortaran el bacalao mucho me temo que las cosas estarían parecidas.

Ya hace mucho que me cansé de escandalizarme de lo mal que está el mundo. Un día me cansé y se acabó. El mundo está mal y tengo el convencimiento de una cosa: podría estar mucho peor.

Yo solo sé quejarme de los que se quejan. Me producen un hastío enorme. Y me encorajinan a veces también. A fuerza de ser crítico lo único que me sale es ser crítico de los críticos.




………………………………………….

LIRISMO.

Long time ago, este blog tuvo alguna gracia. Se me ocurrían cosas graciosas, o a mí me lo parecían. O recogía cosas graciosas que sin ser mías tenían su chiste.
Hoy mi padre me ha recitado una poesía que me ha hecho mucha gracia. Es una tontería, pero me parece muy graciosa. Imagino que es un novio que le hace una poesía a su novia. Es un cuarteto y tiene rima asonante. Está hecha con mucho amor, con mucho ritmo, con las sílabas medidas y con todo el lirismo del que el hombre es capaz.

Hay que recitarlo en voz alta para apreciarlo en toda su belleza.



Te llamas Rodríguez por tu padre

Te llamas Fernández por tu madre

Te llamas María, María del Carmen

María del Carmen Rodríguez Fernández.

4 comentarios:

  1. No estoy de acuerdo. Podíamos estar mucho peor pero también mucho mejor. Y si no lo estamos no es porque hayamos sufrido una catástrofe natural - ante la que sólo quedaría apretar los dientes y ponerse a trabajar - sino porque buena parte del país ha actuado con total falta de ética o con absoluta irresponsabilidad.

    Yo sí me quejo de los políticos y banqueros que hemos sufrido. Y no se trata de si yo lo haría mejor o peor: sé que hay responsabilidades que ni puedo ni quiero asumir pero de las que asumo tengo que responder. Del mismo modo, tengo todo el derecho a exigir responsabilidades a aquellos en los que hemos depositado nuestra confianza. Desgraciadamente, la escoria, la corrupción y los miserables son reales.

    ¿Te parece bien que no se investigue lo que ha pasado con Bankia? ¿O que Rajoy se vaya al fútbol uno de los días más negros de la historia reciente de España? ¿O que un juez, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, no dimita después de haber admitido que gastó dinero público en asuntos estrictamente personales? No me parece sano que dejemos pasar estas cosas sin más, como si fueran accidentes naturales ante los que nada podemos hacer.

    Ahora, si lo que dices es que de nada sirve quedarse sentado en el sofá moviendo la cabeza con desaprobación, te doy la razón.

    Me gusta el sentido del humor de tu padre.

    ResponderEliminar
  2. Ni tanto ni tan calvo Loia, la crítica es necesaria aunque también es necesaria cierta humildad al hacerla, creo que tu así lo haces algunas veces.

    ResponderEliminar
  3. Cristina, Isaac, voy a intentar explicar por qué llevo tan mal la gente que se queja todo el tiempo de los políticos. Algo decía Cristina de sentarse en el sillón moviendo la cabeza con desaprobación. Acaso sus quejas, por escandalosas que sean, ¿no son algo así?
    Quizás uno de los motivos es porque es algo “inútil”. Es una pose pero no remedia nada. No me parece mal la gente que lamentando los problemas del hambre en el mundo dan dinero a alguna ONG. No me parece mal la gente que se mete en política, en un partido o algo así.
    Me desagrada la actitud del que todo lo ve negativo pero su queja no es más que eso. Un queja. El mundo está muy mal… ¿y ahora qué?
    Podría pensarse que yo soy conservador porque quiero mantener mis privilegios de clase media. Pero esto no casa muy bien con la realidad. Estas personas que tanto se escandalizan suelen ser también de clase media, pueden ser profesores como yo. Quiero decir que nuestros intereses económicos son similares. Eso intereses no parece que expliquen por qué ellos lo ven todo tan mal y yo no.
    Lo que llevo mal es que esa “visión” esté desconectada de la vida diaria. ¿Qué hace el que es tan crítico con todo? ¿Acaso no hace exactamente lo que yo? ¿Entonces en qué nos diferenciamos? ¿Acaso no se dedica a sus asuntos y en la vida diaria no pelea por sus propios intereses? Por ejemplo, con respecto a los hijos. ¿Acaso no quiere que consigan una buena posición en la sociedad con un buen trabajo? Es decir, en teoría igualitarismo, pero mi hijo que se coloque bien.
    Este verano estuve con un matrimonio amigo y ella se enfadaba muchísimo contra la visita del Papa nombrando el hambre del cuerno de África y todo eso. Vale, muy bien. El Papa tenía que irse al cuerno (de África) a solucionarles el problema. Mientras tanto nosotros, mientras discutíamos, estábamos tumbados al sol al lado de una poza paradisiaca de Arenas de S. Pedro después de habernos dado un baño en sus aguas cristalinas. ¿Y qué hicimos esa noche? Todos juntos nos fuimos a cenar a un restaurante. Ellos y nosotros, los de izquierdas y los de derechas. Todos juntos. Felices.
    Quiero decir que nos preocupa mucho el hambre de África únicamente cuando se trata de hablar del Papa.

    Otra cosa que llevo mal es que la queja no tiene medida. Es decir, no valora lo bueno. Lo mira todo buscando lo que falta, las injusticias, las imperfecciones. Solo tiene en cuenta lo que podría estar mejor. Por ejemplo: ¿sabían reconocer todos esos críticos lo bueno que era el estado del bienestar del que gozábamos hace unos años antes de empezar la crisis? ¿Hubieran sabido decir “qué buen estado del bienestar ha creado el capitalismo en los países europeos”? No, el capitalismo es malo malísimo siempre y solo ahora cuando estamos perdiendo riqueza y bienestar se lamentan de todo lo bueno que disfrutábamos antes. ¿Reconocieron alguna vez las muchas ventajas y conquistas que se habían logrado? Siempre había mil que estaban mal. Siempre había explotación e injusticia.

    Solo ahora se dan cuenta que “los malos tiempos de antes, esos sí fueron buenos tiempos”.

    ResponderEliminar
  4. Mi crítica no es hacia el capitalismo (que no digo tampoco que no se pueda criticar) sino a la corrupción, a la falta de ética generalizada y a la irresponsabilidad con la que muchos vivieron en este país (ejemplos: bancos falseando cuentas, ayuntamientos de medio pelo construyendo obras faraónicas de arquitectos de moda, CCAA construyendo aeropuertos inútiles, bancos engañando a la gente para hipotecarse con condiciones terribles, gente queriéndose hacer millonaria especulando con la vivienda, altos cargos irresponsables con sueldos escandalosos…). Precisamente porque valoro el estado del bienestar me quejo ahora. Además, no creo que hubiera un buen tiempo pasado y un mal tiempo ahora: es el mismo tiempo y lo que vivimos ahora es el epílogo de lo pasado. También me quejaba antes, conste, porque me parecía más que claro que no íbamos a acabar bien. Y no hemos acabado bien. Lo que yo tengo - poco - lo he conseguido gracias a mi esfuerzo y a las oportunidades que tuve. He tenido una buen vida y todos podríamos haberla seguido teniendo pero lo hemos echado a perder. Muchos saldrán de la clase media y no volverán. Y yo ahora tengo medio. Pero bueno, si algo positivo tiene esto es que quizás ahora aprendamos a ayudarnos más los unos a los otros… y a disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Me quedo con eso, pero me quejo también.

    ResponderEliminar