30 julio, 2008

EL CARTEL ANUNCIADOR DE “ELEGY”.

“Elegy” es la última película de Coixet. En el cartel anunciador una frase-reclamo: “La belleza está en los ojos del que mira”.

ENTREVISTA FICTICIA A ISABEL COIXET.

Yo: Hay críticos que han dicho que has conseguido una película muy bella. Quizá quieras corregirlos. ¿No son los ojos de estos críticos los que pone la belleza en una película no especialmente hermosa?

Coixet: (No sé que respondería, quizá algún comentarista de este blog lo sepa)

Yo: Si la belleza está en los ojos del que mira ¿Cuál crees que es la razón por la cual Ingrid Bergman era considerada hermosa? ¿Había algo en ella que la hacía hermosa o simplemente es que todos coincidimos al mirar su imagen?

Coixet: (No sé que respondería, quizá algún comentarista de este blog lo sepa)

Yo: Hay unos versos de Campoamor que dicen “En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. ¿Crees que esto es verdad? ¿O depende de cómo lo veas? ¿Por cierto te parecen hermosos los poemas de Campoamor? A no, claro, que la belleza está en aquel que la ve.

Coixet: (No sé que respondería, quizá algún comentarista de este blog lo sepa)

Yo: En esta película actúa Penélope Cruz, no sé si antes de escoger a esta actriz barajastes otras posiblidades. ¿pensaste en Rosy de Palma para el papel?

Coixet: Creo que se está poniendo usted desagradable.

Yo: Si le sirve de consuelo le diré que no he visto la película, solo el cartel. Pero sí vi “La vida sin mi” y me pareció bonita (perdón, quiza la belleza estaría en mis ojos) pero tramposa y falsa.

Coixet: (quizá) Es usted un antipático y un maleducado. No vale para periodista.

Yo: Disculpe, soy profesor de filosofía y un poco toca-pelotas. Recuerde que la cosa empezó con Sócrates preguntando y algo me ha "quedao".



CONCLUSIÓN PARA GENTE RETORCIDA. No es necesario que lo lea todo el mundo.
Esta entrada está dedicada a Pseudópodo y sus entradas sobre “Paradigmas I”. II y III
Pseudópodo, creo que la solución está en lo que apuntabas de los “procesos”. No existe por un lado el sujeto y por otro el objeto. La realidad es una “relación” (un proceso) en el que se encuentran lo que (con conceptos que deben ser superados) llamábamos el sujeto y el objeto. El que mira y lo mirado son inseparables. No existen uno independiente del otro. No hay “hechos objetivos” con independencia de los seres humanos que los “objetivan”. Pero tampoco hay “ideas” o “pensamientos” separados del mundo. El problema es que de esto, que es fácil de decir, no es fácil sacar las conclusiones. Estamos acostumbrados a seguir pensando con los esquemas clásicos. O realismo o idealismo.

6 comentarios:

  1. ¿Estás diciendo que eres inseparable de las chicas que mirabas en la Costa Azul?¿Que tú eres sujeto y ellas objeto?

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  2. Pues a mí lo del sujeto y el objeto me enrolla.
    Por cierto la película está muy bien, (vaya a verla Loia que le va a gustar mucho) y seguro que la Coixet no tiene nada que ver con la publicidad que se haga de su película.

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  3. Terreiro, si puedo iré a verla pero reconozca usted que la manera de asumir la muerte y aceptarla en "la vida sin mi" está bastante falseada. ¿o no?

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  4. Es que Coixet tiene una tendencia desmedida a usar demasiado edulcorante en sus obras. Es su gran error. En esta última se frena un poco más, por fortuna.

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  5. Me ha encantado esta entrada.

    Una de las satisfacciones más grandes del blog es encontrar gente a la que no sólo le interesan tus ideas y las entiende, sino que hasta las hace suyas y les encuentra otros ángulos.

    Según iba leyendo, pensaba: ¡que gracia! en realidad, esto es lo de los paradigmas...luego he visto el comentario final.

    La idea de los "procesos" es de Whitehead y a mí me resulta muy atractiva; él decía que solemos caer en el error de la "concrección mal ubicada": creemos que lo "auténticamente real" son los objetos y/o los sujetos, cuando lo real, lo concreto, es el proceso. Pero me gustaría releermelo.

    Por cierto, creo que coincido contigo y también con Terreiro sobre Coixet. Son películas resultonas pero en definitiva tramposas, muy sentimentaloides pero disimuladamente. Aunque es verdad que desde la infumable "Cosas que nunca te dije" ha aprendido mucho.

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  6. Decía un amiguete (y estoy de acuerdo con él) que lo que hacía Sarah Polley con sus hijos en "Mi vida sin mí" era de un sadismo incalificable y tirando a macabro. Por cierto, vean el debut en la dirección de esta actriz-fetiche de Isabel Coixet y podrán comprobar que sólo esta película vale por toda la filmografía de nuestra más famosa directora.

    En cuanto a la belleza, y lejos de idealismos platónicos, se podría decir que hay una media estadística -la que nos lleva a considerar mayoritariamente a Ingrid Bergman como bella- con sus desviaciones, desde las más sutiles hasta las más extremas. Sin embargo, el concepto de belleza física sería bastante estable, sin distinciones espacio-temporales, o al menos eso afirma Oscar Tusquets en uno de sus muy recomendables ensayos.

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