25 abril, 2008

EROS

He estado en un concierto de música en "La Taberna del Villano” en Mombeltrán. Al principio no me animaba a bailar, pero la música me ha ido inspirando más y al final he terminado bailando completamente libre.

Hablemos de mujeres. Desde el comienzo había una morena con una cola de caballo colocada muy alta que ha llamado mi atención. Era bonita, aunque no tenía cara de buenos amigos. Más bien parecía bravía. Lucía grandes pendientes de aro, un pantalón ceñido y un jersey que dejaba ver completamente desnudo su hombro izquierdo, sin ningún tipo de tirante.

Al final, cuando ya estábamos todos en trance ha aparecido una chavalita de ventitantos que me ha dejado noqueado. Su cara era dulce y sin sonreír abiertamente mantenía un gesto de simpatía que la hacía aún más bella, pero lo que se imponía con una fuerza descomunal era su escote. No es que tuviera grandes pechos pero era tan interesante lo que se veía de ellos y eran de una redondez tan perfecta que no creo que ni a uno solo de los hombres que estaban allí le hayan pasado desapercibidos. Su piel se adivinaba suave y homogénea y la media sonrisa que apenas se insinuaba hacía a su persona acogedora. Me ha mirado varias veces sin disgusto, seguramente alertada por mis ojos que no podían mentir. Words don´t come easy to me. Daría lo que fuera por poder recoger en palabras aunque sólo fuera una parte de su belleza. Con el tiempo me voy haciendo más exigente y encontrar una mujer así no me sucede muchas veces. Dios mío, qué mujer. Luego se ha debido quitar la cazadora que en un principio llevaba abierta porque he podido ver mejor su figura. Su blusa o camiseta o lo que fuera tenía también escote por detrás hasta muy abajo, pero únicamente se veía un tercio su espalda porque una chaquetilla oscura de punto muy cortita le cubría los brazos y los omóplatos. Personal atuendo.

¿Que hacer ante una mujer así? ¿Que sentir? ¿Como seguir viviendo tranquilo?

Una mujer hermosa promete todo. Es como una visión fugaz del paraíso. Viéndola uno cree que si estuviera con ella no echaría nada en falta.

Me he pasado la vida mirando mujeres inaccesibles. O si no inaccesibles, mujeres a las que de ningún modo pensaba acceder. Su interés consistía en estar siempre fuera de mi alcance. Tengo casi cincuenta y me parece que ya es hora de terminar con ésto. ¿O no?

Recuerdo que cuando tenía yo veinte años, viendo pasar a unas mujeres espectaculares le comenté a un cura amigo que lo que más me gustaría en la vida sería estar con unas chicas así. “Pues no sé que haces perdiendo el tiempo. Si es lo que más te interesa ponte a ello”. Nada más que lo dijo me di cuenta de que yo no quería conseguir mi deseo. Otros dirán que tenía miedo al riesgo, puede ser.

Mas bien creo que es como si siempre quisiera estar tensando el arco sin soltar la flecha. Es como si la verdadera satisfacción la encontrara en desear y soñar con lo que no tengo, imaginando que pueden dar más de lo que dan. No cumplir los deseos es un modo de mantenerlos siempre vivos. Nunca satisfacer el impulso de modo que su cumplimiento nunca decepcione es un modo de divinizar a Eros. Amar la búsqueda en lugar de su consecución.

Tengo edad para acabar con esta historia. Ya vale de tonterías. O me decido a irme con una tía buena o dejo de soñar con ellas. Mi actitud es inmadura, adolescente, es la de un hombre disminuido. Como un niño tímido que ve a otros jugar y no se atreve a meterse en el juego. ¿Quiero o no quiero estar con una tía buena?

Tengo que pensarlo, pero… ahora o nunca.

5 comentarios:

  1. ¿No considera Vd. que su santa señora esposa sea una "tía buena"?. Qué raro, estar casado con alguien y ansiar así estar con una "tía buena"...
    No sé si será "tía buena", pero seguro que es una "buena tía" (el orden de las palabras, en este caso, sí altera el significado). Eso es más importante, las "bueneces" de espíritu y forma de ser duran mucho más que las físicas.
    Tómese una tila, al llegar la primavera a los adolescentes les suben los eflúbios y sienten estos arrebatos hacia el sexo opuesto (o el mismo), y sienten estas cosas, pero a su edad ya debería haber pasado este trance.

    ResponderEliminar
  2. Sí, es un sentimiento muy raro el que yo tengo. Estar casado con una "buena tía" (conmigo buenísima) y desear estar con "una tia buena". Que yo sepa solo me pasa a mí y a otro en toda Castilla y León. En la Universidad Pontificia quieren hacer una tesis doctoral sobre el asunto.

    ResponderEliminar
  3. edulcorado6/8/11, 10:17

    Tranquilo: Los hombres morimos adolescentes.

    ResponderEliminar