06 febrero, 2008

ANCHOS DIAS

Hay algunos tópicos que se dan entre profesores de instituto de los que no está al tanto el resto de la gente. Uno de los más aburridos, para mí, es el de vuelta de vacaciones.
Es inútil que uno se esfuerce por evitarlo, siempre hay algún compañero, y muchas veces varios, que repiten la frasecita como si dijeran algo original, ingenioso y nuevo. Como si te informasen de algo.
Me refiero a la respuesta más oída con la vuelta al trabajo cuando preguntas que qué tal las vacaciones.

- Cortas.

Cortas. A todo el mundo las vacaciones se le han hecho cortas.
A los ajenos a la enseñanza os asombrará la respuesta. Quizá os parezca absurda. ¿No sabe todo el mundo que los profesores son los que tienen la vacación más larga? Hablamos de vacaciones, ahorraros chistes fáciles que este blog tiene un nivel.

¿Cómo puede un montón de gente repetir una vez tras otra, año tras año, vacación tras vacación, ya sea Semana Santa, Navidad o Verano, la misma “ideita”?

El otro día, recordando con mi padre un poema que escribió cuando aún trabajaba, advertí dónde estaba el meollo de la cuestión y caí en la cuenta de que mi padre era un genio. Había recogido esa idea con más gracia y la había esculpido en mármol para el resto de los siglos. Al menos para los siglos en que siga habiendo profesores con vacaciones.

Cuando uno es feliz el tiempo pasa deprisa. Una persona contenta nunca encuentra el momento de terminar y todo tiempo del mundo es poco si estamos a gusto. Las vacaciones, duren lo que duren, duraran lo que duraran, siempre serán cortas.

¿Pero cómo decir esto sin repetirse y sin caer en la vulgaridad y el aburrimiento de algunos de mis compañeros?

Mi padre lo recogió en cuatro versos.

“Quiero vivir en Junio,
cuando el año remansa
su curso en anchos días
para la dicha breves.”




Esos eran profesores, no los de ahora.







................
Me explica mi padre, que en eso es tan honrado como su hijo, que la unión de “anchos días” lo copió de Gabriel Miró. Lo demás se le ocurrió a él solito.

6 comentarios:

  1. Anónimo7/2/08, 0:45

    Sí, es un problema que tenemos los hijos. Que los padres se nos parecen demasiado.


    Cráneo, que sós un cráneo (así dice un psiquiatra argentino)

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  2. Puedo afirmar y afirmo que esa respuesta "hinjeniosa" (la caligrafía ha de estar a la bajura del talento al que se refiere) no es, en modo alguno, exclusiva del colectivo profesoril.

    En diciembre se puede decir lo mismo cambiando los anchos días por anchas noches, aliteración incluida.

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  3. Bonito poema (y breve, lo que podría parecer una redundancia, pero no lo es).
    Como ha dicho heptafon, esa respuesta cortante se da en otros muchos colectivos, y el mío no es diferente.
    Si me permites, yo añadiría que hay una pregunta de ascensor, relacionada con las vacaciones ajenas, aún más tópica y molesta: " ¿que? ¿te quedan días? ¿y cuando los coges?" Ante esto sólo se puede o responder y devolver la misma pregunta (pareciendo imbécil), o responder y largarse (pareciendo egoista y desconsiderado). Yo suelo elegir la 2ª opción.

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  4. ¡Ya! que sí hombre. En todos los colectivos pasa lo mismo.

    Pero que te lo diga un profesor de instituto; es de fusilamiento al amanecer y sin juicio previo.

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  5. A mi se me hacen cortas
    ¿Y lo feliz que soy?

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  6. Certero el poema. Yo que ya necesito gafas leí mal: "Quiero vivir en Junio, / cuando el año remansa / su curso en anchos días / para las dichas breves." y también me gustaba.

    La gente dice "cortas" de las vacaciones, como queriendo que se entienda "buenas, buenísimas". Pero ¿de verdad pueden ser buenas, buenísimas, unas vacaciones? si lo que hay después es trabajo.

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